IGUALDAD EN LA TEORÍA, DESIGUALDAD EN LA PRÁCTICA

En las últimas décadas, se han producido grandes avances en el ámbito de la igualdad en educación en España. Sin embargo, estos avances son relativamente recientes. Por poner un ejemplo, las mujeres españolas pueden recibir educación universitaria desde hace poco más de 100 años. Hasta el 8 de marzo de 1910 era necesario contar con un permiso especial del Consejo de Ministros para poder asistir a la Universidad. Teniendo en cuenta que las primeras universidades españolas se fundaron en el siglo XIII, son prácticamente siete los siglos durante los cuales las mujeres han estado apartadas de la vida universitaria. 

Hoy en día, sin embargo, las estudiantes matriculadas que terminan sus estudios universitarios, representan más de la mitad del alumnado (alrededor del 60%). Esto ha permitido que las mujeres se formen en ámbitos que hasta hace muy poco estaban copados prácticamente al 100% por el público masculino. 

No obstante, aunque el progreso en el ámbito educativo superior ha sido notable, este avance no se refleja en el porcentaje de mujeres que ostentan posiciones de poder dentro de las grandes empresas. Si atendemos a los datos del Instituto Nacional de Estadística, para el año 2019 el porcentaje de mujeres presente en los Consejos de Administración de las empresas del IBEX 35 era solamente del 24,7%. 


En cambio, en la Administración General del Estado, el porcentaje de mujeres que ostentan un alto cargo se dispara al 42%, prácticamente la mitad de los puestos; porcentaje muy cercano a la media de la Unión Europea. 

Estas desigualdades profesionales pueden ser debidas a múltiples factores, pero el que juega un papel fundamental es la inexistencia de políticas de conciliación de la vida laboral y familiar. Son mayoría las mujeres que deciden renunciar a su carrera profesional para atender al cuidado de los hijos, impidiéndole alcanzar puestos más elevados dentro de la estructura jerárquica de la empresa. Ello explica a su vez, la menor desigualdad en el ámbito de la Administración Pública. Las condiciones laborales del sector público son más favorables a la conciliación de la vida familiar y profesional, de ahí que las desigualdades sean menores.

En consecuencia, es fundamental plantear medidas que permitan avanzar en la igualdad profesional a través de la educación, de medidas económicas que permitan a las pequeñas y medianas empresas "soportar" bajas de maternidad y paternidad más largas, y de medidas de flexibilización en el ámbito laboran que favorezcan la flexibilidad horaria y favorezcan el trabajo por objetivos y no el trabajo por horas.  

Y tu, ¿qué nuevas medidas propondrías? ¿te ha impedido tu trabajo formar una familia? o, ¿ha sido el ámbito familiar el que te ha impedido progresar en tu profesión?




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